No todas las personas envejecen de la misma manera. En el proceso de envejecimiento orgánico influyen factores genéticos y sobre todo el estilo de vida que se lleva.
Los factores genéticos no podemos cambiarlos. En cuanto al estilo de vida, está en nuestra decisión adherir a una vida saludable. El envejecimiento orgánico llega inexorablemente, aunque podemos retrasarlo manteniendo una mente y cuerpo jóvenes por muchos años. |
La alimentación y la actividad física entran
dentro de las principales decisiones que podemos tomar para vivir mejor, para
vivir con energía a la vez que mantener un peso equilibrado. La alimentación
diaria debe ser rica en nutrientes, variada y justa en cuanto a cantidad. No
olvidemos que las personas jóvenes necesitan incorporar más calorías que las
personas mayores, cuyo metabolismo empieza a volverse más lento. Se deben
distribuir los nutrientes en al menos cuatro ingestas: desayuno, almuerzo,
merienda y cena. La alimentación debe consistir en un porcentaje elevado de
hidratos de carbono complejos o granos integrales (unas tres porciones), frutas
y verduras frescas (al menos cinco porciones), lácteos descremados, aceites
esenciales omega 3 y un muy bajo porcentaje de grasas saturadas. A lo largo del
día se debe beber alrededor de dos litros de agua natural, lo que es
fundamental para mantener el cuerpo hidratado y permitir que los órganos
funcionen mejor.
En lo que se refiere a la actividad física,
debe practicarse en forma regular algún tipo de ejercitación acorde a la edad y
a las preferencias personales. El ejercicio sistemático mejora todas las
funciones orgánicas, en especial las del aparato cardiorrespiratorio. Tres o
cuatro veces a la semana, por al menos cincuenta minutos se puede elegir
realizar caminatas y/o correr, tomar clases de baile, nadar, hacer gimnasia con
complementos, andar en bicicleta, practicar Pilates. Tanto se puede optar por
una sola actividad como por más de una. También es bueno tomar clases de yoga,
ya que ayuda a disminuir la tensión mental así como a regular la circulación
sanguínea, el metabolismo, la digestión y la eliminación de toxinas.
Científicamente está comprobado que una de
las causas del daño u oxidación celular que propician el envejecimiento son los
radicales libres. ¿Cómo contrarrestar la acción nociva de los radicales libres?
Con los antioxidantes, que en una gran proporción se incorporan al organismo a
través de los alimentos. Las frutas y verduras frescas, sobre todo las de
coloración verde oscura o de tonos intensos, son las que poseen mayor cantidad
de antioxidantes: grosellas, uvas negras, arándanos, moras, frutillas, paltas,
calabazas, espinacas, morrones, zanahorias, tomates. Cuando la ingesta de
antioxidantes es deficiente, se puede acudir a un suplemento nutricional
recomendado por el médico, ya sea un multivitamínico o vitaminas A, C o E, en
particular.
Muy importante resulta la función hormonal,
que a lo largo de la vida va produciendo cambios. Las hormonas excitan, inhiben
o regulan la actividad de otros órganos. La libido está controlada por las
hormonas. Como las hormonas van disminuyendo con el paso de los años, muchas
personas utilizan terapia hormonal de reemplazo. Los estrógenos y la
progesterona en las mujeres, así como la testosterona en los hombres, pueden
procurarse en forma sintética y ayudar mantener ciertas funciones orgánicas que
comienzan a declinar. Estriol y dehidroepiandrosterona (DHEA) suelen
recomendarse en dosis bajas. Estriol es una hormona sexual femenina que puede
aumentar el colágeno y contribuir a retrasar el envejecimiento. DHEA también es
una hormona natural del organismo que segrega la glándula suprarrenal y ayuda a
disminuir el deterioro celular, tanto que se la llama “hormona de la juventud”.
En todos los casos las terapias hormonales deben ser indicadas por un médico.
La persona que cuida su cuerpo y mantiene activa su mente logra retrasar su envejecimiento. En lo exterior, en algún momento suele empezar a preocuparse por las arrugas y la flacidez que evidencian la cara y el cuello. Hay quienes piensan en intervenciones invasivas para paliar los estragos cutáneos. Lo ideal es preocuparse por mantenerse joven con métodos naturales no invasivos. |
Una de las principales recomendaciones para no acelerar el envejecimiento cutáneo es evitar las radiaciones solares en las horas pico (entre las 10 de la mañana y cuatro de la tarde aproximadamente). Si se va a permanecer al sol, media hora antes debe colocarse un protector solar con FPS 30 o más y renovarse cada dos horas. Asimismo, conviene el uso de sombreros y anteojos adecuados para filtrar los rayos nocivos del sol.
A la vez de los cuidados que se tengan al
disfrutar el aire libre, no hay que fumar. El café y el alcohol deben tomarse
en forma moderada. Y se debe evitar el estrés o los estados de ansiedad, que
está comprobado que impactan en forma negativa en las funciones de los órganos,
entre ellos la piel. Como ayuda diaria, hay que recurrir a cremas con
componentes activos que ayuden a retrasar el envejecimiento cutáneo: ácido
retinoico, coenzima Q 10, colágeno y elastina, ácido hialurónico.
Podríamos decir que la gimnasia fácil es anti
radicales libres, porque colabora para disminuir el proceso de oxidación y de
esa manera desacelera el envejecimiento prematuro.
Actualmente existen tratamientos no invasivos
con los que puede mejorar la situación actual de su rostro y cuello de manera
natural y muy simple. Muchos lo han llamado "Lifting Sin Cirugía".
Si deseas tener un Rostro Hermoso, Juvenil y Sin Arrugas que afecten tu autoestima negativamente y te avergüencen... entonces mira esto:
Buenos consejos!!! :)
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